recopilaciones

-¿Qué pasa ahora?
-Que todo ha vuelto a salir mal..
-¿Ves? Te lo dije
-Ya ¿y qué?
-Pues que no puedes confiar en nadie, ahora estás llorando, otra vez..
-Si no puedo confiar en nadie, tampoco puedo confiar en ti..
-¿Por qué dices eso?
-Por que en ti confié mucho más y me trataste como una mierda, y ya me cansé, ellos no, ellos no tienen nada que ver, además, ni siquiera me gustan tanto..
-Entonces ¿por qué lloras?
-Por que se lo había prometido..

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-Ya estás llorando otra vez, parece que no te cansas ¿Por qué no sientas la cabeza?
-Por que no puedo ¿o acaso crees que, si pudiera impedirlo, no me ahorraría todo este sufrimiento?
-No lo sé, ya no sé nada de ti. Has cambiado..
-Cierto, pero no he sido la única que ha cambiado: el tiempo ha cambiado, la vida ha cambiado, tú también has cambiado, y por eso yo no soy la misma.
-¿Me estás insinuando que, el que seas una borde ahora conmigo, es por mi culpa?
-No te agencies cosas que no van contigo..
-¿Eso que quiere decir?
-Que no eres el ombligo del mundo aunque lo creas, que no todo gira en torno a ti y no todo lo que digo tiene que ver contigo..
-Intuyo por tu tono de voz, que sí, que es mi culpa..
-Pues sí, fíjate. Fuiste tú el que comenzaste con todo esto..
-¿Comencé con qué?
-Con los sueños, las noches sin dormir, las depresiones continuas, las eternas esperas, los milésimos instante de felicidad..
-¿Yo he causado todo eso?
-Todo eso y más, lo que pasa es que no te das cuenta..
-¿Y él que tiene que ver en tus lágrimas ahora?
-Pues que, a pesar de que contigo lo pasé mal y estaba entrenada en esto de ser una desgraciada de por vida, no he sido lo suficientemente fuerte como para sobrellevar otra desilusión
-Pero tienes amigas que te ayudan
-Las pocas amigas que pueden entender lo que yo estoy pasando en estos momentos están demasiado lejos de mí, hablar por teléfono no es lo mismo.. Si necesitas un abrazo o llorar en el hombro de esa persona, no puedes..
-Pero estoy yo..
- No. Tú tampoco estás. Ni siquiera sé que mierdas hago hablando contigo, si simplemente eres un trozo de papel colgado en la pared.

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-¡Eres un maldito cabrón!
-¿Eh, que coño te pasa? Relájate ¿vale?
-Pero ¿Cómo quieres que me relaje? Me prometiste que volverías. Me prometiste que no lo volverías ha hacer, que ahora serías buena persona, que pensarías en las consecuencias de tus actos y que, por lo tanto, pedirías perdón por todo lo que has hecho.
-¿Y que me estás echando en cara ahora mismo?
-Que no sólo no cumpliste tu promesa conmigo, si no que, encima, lo has seguido haciendo.
-¿Haciendo el qué?
-Pasando de todo. Ignorando por completo nuestros sentimientos, nuestras ilusiones y nuestras esperazas. Y ¿sabes qué?
-¿Qué?
-Que estoy harta ya de todo esto. Adiós.
-¿Qué? ¡No! ¡Espera! ¡No te vallas!
-¿Por qué?
-¿Con quien estarás mejor que conmigo?
-Con él.
-Ya, él.. Estoy harto de que siempre hables de él.
-Sí. Y yo estoy harta de que no pienses en mí. ¿De verdad me quieres y quieres que esté contigo siempre?
-Que tontería, ¡claro que sí!
-Pues entonces déjame marchar. Si tienes oportunidad de cambiar hazlo, por que será la única manera de que me tangas aquí de nuevo y tan dispuesta como antes.