Tenía pensado escribir algo chachi y eso, pero estoy que no estoy, así que me limito a poner las cuatro chorradas de siempre, que espero te hagan ilusión ^^
En fin, la verdad es que ni siquiera hace un año que te conozco, sin embargo, te has convertido en la persona más importante que tengo, lo sabes. No sé cómo ni cuando comenzamos a conocernos de verdad, sólo sé que jamás en mi vida me podría arrepentir de haber llegado ha hablar contigo, y si lo hiciera, me tiraría por un barranco al terminar la frase. Hehehe. Vale, ahora en serio.
No te voy a decir nada que no sepas ya, por que, para bien o para mal, me conoces mejor que nadie, soy transparente para ti, por lo tanto sería perder el tiempo; además, en la carta ya te puse todo, todo y todo.
Lo único que lamento es no poder estar hoy contigo, pero bueno, es lo que hay, y habrá que aceptarlo.
Sabes que me dolería perderte más que nada, que eres mi apoyo y mi payasa, y que sin ti no sé que haría.
Gracias por todo lo que haces por mí, y te prometo que haré lo posible por que este año sea el mejor de todos, te lo prometo! Al fin y al cabo, ha nevado no? xDD Tú ya me entiendes.
Y eso, que te quiero muchísimo y que espero que estemos juntas muy pronto.
Ten un muy, muy, muy, muy feliz 16 cumpleaños.
¡Te adoro mi vero!
jueves, 19 de febrero de 2009
19.02.09
-¿Qué quieres que haga? ¿Qué mienta? Lo siento, pero no es mi estilo.
-O sea, que la culpa es mía ¿no? – replicó él.
-Claro que no, yo también he sido una cerda, es cierto, pero lo que estás haciendo no me daña a mí, te daña a ti, te estás mintiendo a ti mismo.
La cara de él delataba culpabilidad y terror.
-Yo no puedo evitar que te sientas así, tienes que ser sincero y no ocultar lo que sientes, por mucho que te digan – reprochó ella.
-Me da miedo – susurra intranquilo.
-Yo estaré a tu lado, como siempre, no te preocupes por nada – dijo ella, acariciándole el brazo lentamente.
-¿Sabes? Siempre pensé que estaríamos juntos, que nada nos iba a separar, pero lo he jodido todo – comentó él.
-¿Eres tonto? – dijo indignada – no has jodido nada, simplemente sientes cosas distintas, eso no es malo. Quien lo quiera aceptar, genial, y quien no, puerta; vamos hombre, ni que fuera algo malo – exclamó con énfasis.
-Pero me odiarán…
-¿Y eso que más da? Lo importante es que estés bien contigo mismo, que seas feliz y que no te escondas, eso es lo importante.
-Supongo que para ti es fácil hacer algo así... No es que seas una don nadie, por que para mí lo eres todo, pero no estamos en la misma situación, y lo sabes.
-Sí, es cierto. Lo que yo sienta, y sobre todo, sobre quien lo sienta no le importa a nadie, sin embargo ¿no eres tú una persona, como esas que tienen el valor de juzgarte?, ¿no mereces ser feliz como ellos?, ¿no tienes el mismo derecho a ser fiel a lo que sientes, como el resto de personas que pueblan este mundo?
-Supongo…
-¡Pues ya está! Sal ahí y da la cara, que cuando acabe todo esto, te voy a invitar a cenar.
Se abrazaron.
-Muchas gracias, de verdad – susurró él, apoyando su barbilla en la frente de su amiga.
-No hay de qué – sonrió ella, mirándole.
Y mientras él se marchaba hacia los focos, ella pensó que jamás había estado tan orgullosa de ser su amiga.
-O sea, que la culpa es mía ¿no? – replicó él.
-Claro que no, yo también he sido una cerda, es cierto, pero lo que estás haciendo no me daña a mí, te daña a ti, te estás mintiendo a ti mismo.
La cara de él delataba culpabilidad y terror.
-Yo no puedo evitar que te sientas así, tienes que ser sincero y no ocultar lo que sientes, por mucho que te digan – reprochó ella.
-Me da miedo – susurra intranquilo.
-Yo estaré a tu lado, como siempre, no te preocupes por nada – dijo ella, acariciándole el brazo lentamente.
-¿Sabes? Siempre pensé que estaríamos juntos, que nada nos iba a separar, pero lo he jodido todo – comentó él.
-¿Eres tonto? – dijo indignada – no has jodido nada, simplemente sientes cosas distintas, eso no es malo. Quien lo quiera aceptar, genial, y quien no, puerta; vamos hombre, ni que fuera algo malo – exclamó con énfasis.
-Pero me odiarán…
-¿Y eso que más da? Lo importante es que estés bien contigo mismo, que seas feliz y que no te escondas, eso es lo importante.
-Supongo que para ti es fácil hacer algo así... No es que seas una don nadie, por que para mí lo eres todo, pero no estamos en la misma situación, y lo sabes.
-Sí, es cierto. Lo que yo sienta, y sobre todo, sobre quien lo sienta no le importa a nadie, sin embargo ¿no eres tú una persona, como esas que tienen el valor de juzgarte?, ¿no mereces ser feliz como ellos?, ¿no tienes el mismo derecho a ser fiel a lo que sientes, como el resto de personas que pueblan este mundo?
-Supongo…
-¡Pues ya está! Sal ahí y da la cara, que cuando acabe todo esto, te voy a invitar a cenar.
Se abrazaron.
-Muchas gracias, de verdad – susurró él, apoyando su barbilla en la frente de su amiga.
-No hay de qué – sonrió ella, mirándole.
Y mientras él se marchaba hacia los focos, ella pensó que jamás había estado tan orgullosa de ser su amiga.
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