Lo he decidido. No voy a volver a hacerme daño. Nunca. No quiero. No me lo merezco.
He cometido errores, claro, soy humana, y solo los humanos tropezamos dos veces con la misma piedra.
En mi caso han sido más de dos, más de doscientas veces, más de mil, pero he conseguido salir de ahí, he conseguido no necesitarlo, he conseguido renunciar a mi droga, mi debilidad, mi error, mi muerte.
He conseguido ver más allá de lo que tenía delante, he conseguido eliminar de mi pasado todo lo que me hace daño, todo lo que me hiere y me destruye.
Nunca llegué a pensar que encontraría la manera de salir de todo aquello, pues tantos años han pasado desde el comienzo que pensaba que jamás conseguiría levantar cabeza; un recurso fiable y muy a mano que me destrozaba por dentro y por fuera, hasta hoy.
Hoy he decidido que ya no más. No voy a seguir autodestruyéndome como hasta ahora lo he hecho, voy a comenzar a caminar con la cabeza alta, y no voy a avergonzarme de mi cuerpo, por que cada cicatriz cuenta una historia, y yo tengo muchas historias que contar, demasiadas tal vez, pero nunca me arrepentiría de de ellas, pues cada historia es un momento vivido, y cada momento vivido, cada error, me ha hecho crecer.
Y no lo sabes, no tienes ni la menor idea, pero has sido tú el que ha conseguido que todo eso terminara; has sido tú el que ha hecho que no volviera a recaer en algo que, por mucho que intentara olvidar, seguía ahí; has sido tú el que me ha enseñado que no hay por qué maltratarse de ninguna manera.
Nadie es perfecto, y eso es lo perfecto.