Empezó siendo una nebulosa, una nebulosa que me acompañaba por temporadas; aunque no la prestara atención siempre estaba ahí, y aunque aún no lo sabía, me ayudaba saber de su presencia junto a mí.
Después, cuando la creí desaparecida, cuando pensaba que esa nebulosa me había abandonado, volvió a aparecer, pero ya no era gas, era algo mucho más solido, podía sentirla a mi lado con mucha más claridad, podía sentirla de nuevo, más fuerte que nunca. Llegó de la mano de algo incluso más fuerte, algo que hizo que volviera a sentirla a mi lado como nunca había hecho, algo que ayudó a darme cuenta de que, aunque la hubiera creído perdida, nunca, nunca se había separado de mí.
Aquello que la acompañaba era lo que había estado buscando durante toda mi vida; creyendo encontrarlo en lugares erróneos, di mi vida por aquello que, sin saberlo entonces, era una equivocación, pero de repente, sin esperarlo, aquello que buscaba inconscientemente, apareció ante mí, de una manera pura, sin artificios, y brindando más ayuda que aquellos errores que creí que serían los elegidos.
Esa nebulosa ahora se ha convertido en algo importante, ya no sólo es más sólida, sino que es una roca a la que poder agarrarme cuando me siento sola, ahora sé que nunca me va a abandonar, que siempre va a estar conmigo, por que lo que ha traído ha sido mucho mejor que aquello de lo que me ha separado.
No sé cómo, pero algún día conseguiré que esa nebulosa sea lo suficientemente sólida como para tomar forma, y entonces, cuando tenga forma, encontraré el modo de agradecerle todo lo que ha traído a mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario